En términos generales las uñas están formadas por dos componentes: las queratinas y una matriz extracelular (agua, lípidos, entre otros) que rodea las queratinas, imagínate una galleta oreo en la que la galleta es la queratina que proporciona la estructura, y la crema es la matriz que ayuda a mantener unidas y fuertes a las galletas.
En las uñas normales, el grosor de la galleta y la cantidad de crema están en cantidades adecuadas, existen otras personas cuyas uñas tienen un grosor normal (la galleta esta bien), pero les falta “crema”, estas uñas son quebradizas y necesitan más que todo que se reponga el agua y los lípidos, y hay un tercer grupo de personas cuyas uñas además de estar deshidradatas, son delgadas y se doblan con facilidad, estas personas necesitan que se refuerce las queratinas.
Se ha demostrado en la literatura científica que la humectación de las cutículas y las uñas puede llevarse a cabo de manera satisfactoria con componentes como:
- Urea y silicio que aportan dureza.
- Ácido láctico que genera una barrera protectora.
- Ceramidas tipo esfingosinas contenidas en algunos aceites como el de coco extra virgen y el de jojoba, que reponen los lípidos; esenciales para el mantenimiento de las propiedades físicas de la uña: dureza, elasticidad, fortaleza y resistencia.
Es importante contar con la supervisión médica, para que, se pueda esclarecer si la fragilidad de las uñas corresponde a una enfermedad hormonal, nutricional o autoinmune. Ya que el tratamiento o control de esta condición, será fundamental para que las uñas también mejoren.
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